lunes, 15 de abril de 2024

LA TRAMPA DE LA MULTIPROPIEDAD: Engatusados con champán y atrapados depor vida con un trozo de apartamento.


 La trampa de la multipropiedad: engatusados con champán y atrapados de por vida con un trozo de apartamento | Negocios | EL PAÍS (elpais.com)


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La tela de araña de la multipropiedad solía comenzar con una invitación a un hotel. El destinatario había sido agraciado con un regalo. La ofrenda era cierta, puesto que los asistentes salían con un televisor debajo del brazo, pero también con un contrato de compra de un apartamento en régimen de multipropiedad y, en muchos casos, con un préstamo firmado que se preparaba en cuestión de minutos. “Eran reuniones de cuatro o cinco horas con champán. No les dejaban reflexionar”, dice Juan Madrigal-Bormass, abogado de la Asociación Española de Afectados por la Multipropiedad (Ascoe) y uno de los letrados que más sabe de la modalidad inmobiliaria de tiempo compartido, con más de 300 sentencias a sus espaldas y 70 pleitos abiertos actualmente. Estas presentaciones, sumamente agresivas, fueron el origen de un bucle de difícil salida.

La multipropiedad fue un bum en la década de los ochenta y noventa del siglo pasado, pero es después cuando alcanza cotas máximas. “Los años de mayores ventas fueron entre 2002 y 2008. Los bancos empezaron a financiar estas compras tras la regulación del sector en 1998. Se puso de moda y, para poder vender, se financiaba de forma automática”, dice el abogado.




Aunque no hay datos oficiales, Ascoe calcula que en torno a 1,5 millones de personas en Europa compraron tiempo compartido —no se puede considerar que todos sean afectados—. España acumulaba unos 100.000 socios en 2010. “Ha sido el país de Europa en el que más complejos de multipropiedad ha habido, en torno a un 26% del total”, afirma Francisco Claros, consejero delegado de Reclamalia, despacho de abogados. Solo en Canarias el mercado generaba en aquella época unos 220 millones de euros al año y empleaba a unas 10.000 personas, según el entonces Patronato de Turismo de Gran Canaria. “Las islas tenían 150 complejos de multipropiedad de los 345 que había en el país”, añade Claros, que define la situación como “una lucha que dura décadas entre Goliat y David”.

En un principio, el modelo era atractivo tanto para los promotores —que tras la crisis inmobiliaria de 1992 destinaron urbanizaciones completas a esta fórmula para comercializar los apartamentos que no se vendían— como para los consumidores, que veían una manera accesible de tener un apartamento en la playa. El coste medio que pagaba cada familia rondaba los 15.000 euros de media, aunque algunas desembolsaron hasta 50.000 en complejos de lujo —los que entraron en este mercado antes de la entrada en vigor del euro, en 1999, hacían frente a entre 300.000 y 700.000 pesetas—. Ogisaka Garden, Parque Denia, Bahía Azul, Calahonda Campanario, Hotel & Spa Peñíscola Plaza Suites (este último sigue vendiendo multipropiedad)… Decenas de empresas, extranjeras y españolas, vendieron apartamentos bajo esta modalidad en multitud de complejos vacacionales. Hasta que en 2008, con la Gran Recesión, llegó el parón y el declive del mercado.

Evidentemente, no todos los consumidores de este producto fueron víctimas de un engaño. Muchos sabían lo que compraban y, además, tuvieron la fortuna de comprar razonablemente bien. Pero otros muchos desconocían la letra pequeña. Décadas después, “siguen arrastrando el sentimiento de culpa y vergüenza por haber sido estafados”, apunta Alberto Mondragón, presidente de Ascoe.

En la práctica, lo que adquirían era el derecho de uso y disfrute de un turno vacacional concreto: una semana del año en un apartamento en una zona costera de Levante, Costa del Sol, Costa Brava y Canarias. Cada apartamento se dividía en 52 semanas que tiene el año. Los que compraron la semana 13 (marzo), la 40 (octubre) o cualquier otra fuera del periodo vacacional tradicional pronto se dieron cuenta de la trampa, de la que, además, no podían salir. “Hay quien nunca ha usado el apartamento, nunca ha podido ir”, narra Mondragón. Además, cada apartamento lleva aparejada una cuota de mantenimiento excesiva y creciente. “De media son 500 euros por propietario al año. Si multiplicas 500 por 52 socios da 26.000 euros en gastos de mantenimiento por cada vivienda. Este es el verdadero negocio de la multipropiedad”, advierte Mondragón.

Miles de personas han podido escapar de “este mundo de piratas”, como lo califica el presidente de Ascoe. Lo han hecho acudiendo a la vía judicial, una posibilidad que solo tienen aquellos que compraron después de que se regulase legalmente esta figura en 1998. Afortunadamente, “el grueso de víctimas compró después de esa fecha”, dice el letrado Madrigal-Bormass. El 15 de diciembre de 1998 se aprobó la Ley 42/1998, que limita la duración del contrato, no pudiendo ser inferior a tres años ni superior a 50. Desaparecía así la multipropiedad a perpetuidad. Desde entonces, el Tribunal Supremo ha dictado numerosas sentencias que declaran la nulidad de estos contratos. Además, los afectados han podido recuperar todo o parte del dinero.



Como las comercializadoras de multipropiedad ya no existen, quien responde solidariamente es el banco. “Los más activos entre los años 2000 y 2004 fueron BBVA, Ibercaja, Caja Madrid, La Caixa, Banco Santander…”, afirma el presidente de la asociación de afectados, que también fue víctima de este engaño. “Nos lo vendieron en un hotel en San Sebastián, nos regalaron un home cinema y brindamos con champán. Salimos de allí con la sensación de haber hecho un negocio de la leche”. Compró en 2007 la semana 47 del año (diciembre) en un complejo en Denia (Alicante) a la empresa Turihoteles. En 2011 un juzgado declaró nulo su contrato y recuperó los 13.500 euros pagados en la operación más 1.800 euros de intereses. La asociación que preside, que lleva 16 años luchando para ayudar a los afectados, ha logrado que más de 12.000 propietarios hayan podido escapar de la multipropiedad.

Los peor parados

Los que compraron antes de la regulación de 1998 lo tienen más difícil porque no pueden recurrir a los tribunales. Pablo Muñoz, de 43 años, es heredero junto a sus cuatro hermanos de la multipropiedad a la que se ataron sus padres en 1994 y que les da derecho a disfrutar de la semana del 8 al 15 de junio en Alcossebre (Castellón). Es muy frecuente que los hijos que heredan estos productos quieran deshacerse de ellos. “Nos cuesta aprovecharlo porque coincide con los exámenes de los niños”, indica. Además, la cuota de mantenimiento ha pasado de 300 a 500 euros al año.

Estos socios solo tienen dos caminos. Uno es llegar a un acuerdo con el propio complejo, algo complicado porque, en general, estos quieren socios que paguen las cuotas y no semanas en temporada baja. El otro es transmitir la semana a un tercero. “Se puede vender, pero no hay mercado, nadie quiere multipropiedad, carece de interés”, dice Mondragón. “Es un sistema vacacional obsoleto”, ratifica Claros. Bien lo sabe Muñoz: “Llevamos dos años intentando venderlo o alquilarlo”.

En Milanuncios alguien que se identifica como Alfredo regala su semana de multipropiedad en Cala Codolar, en Ibiza. Se trata de la 46, es decir, en noviembre. En cambio, Esther compró en 1991 un apartamento en La Pineda (Tarragona) que vende por 15.000 euros. “Es la semana 33, que corresponde a agosto. Lo vendemos porque mis padres necesitan el dinero. Si no, no lo haríamos”, explica.

También puede ser una opción recurrir a empresas que ofrecen comprar semanas, aunque hay que ir con cuidado. “Muchas son piratas de la multipropiedad que se han creado al olor del dinero y que pagan un euro”, dice Mondragón. Y añade: “Algunas empresas ponen como valor de compraventa un euro y, además, cobran 1.500 euros al socio por ser liberado”.


miércoles, 10 de abril de 2024

GUERRA ABIERTA EN EL TURNO DE OFICIO: las bajas en bloque en algunos territorios amenazan con un efecto dominó

 https://cincodias.elpais.com/legal/2024-04-10/guerra-abierta-en-el-turno-de-oficio-las-bajas-en-bloque-en-algunos-territorios-amenazan-con-un-efecto-domino.html#?prm=copy_link



El vaso del turno de oficio se derrama y amenaza con volcarse. Los abogados y procuradores de la justicia gratuita continúan su batalla por mejorar sus condiciones, una guerra que en los últimos días se ha embarrado. Las pobres remuneraciones por asunto (134 euros de media), los retrasos en los pagos (cinco meses en algunos territorios) y las actuaciones que no se pagan han desencadenado una cadena de dimisiones en bloque. El movimiento empezó hace un mes. En Galicia, los abogados de oficio de Lalín y A Estrada (Pontevedra) anunciaron su baja organizada de las listas de oficio. La semana pasada, 60 abogados y procuradores del turno penal de Ponferrada (León) siguieron el ejemplo. Fuentes cercanas a las protestas aseguran que vendrán más bajas en Valladolid y León, porque, dicen, la situación “es insostenible”.

 Los abogados y procuradores pro huelga confían en provocar un efecto dominó. Los portavoces de las protestas animan a que otros letrados se sumen al movimiento y se den de baja en sus respectivos territorios como forma de presión. “Puede cuajar en los partidos judiciales más pequeños, donde es más fácil organizarse”, explica Alejandra Azcorra, una de las letradas que organiza las protestas en Ponferrada.

 Según traslada a Cinco Días, el colectivo se siente abandonado. Por el Ministerio de Justicia y por los colegios. Los profesionales quieren que se les pague, pues la normativa española no contempla que el Estado cubra todos los trámites asociados a estos casos. “No es solo que los baremos no se actualicen. Es que hay muchas actuaciones que no se pagan” y “los retrasos para cobrar son constantes”, añade Azcorra.

 Ponferrada

El Ilustre Colegio de Abogados de León, que engloba Ponferrada, se pronunció hace unos días sobre el fenómeno de las bajas en bloque. Fernando Santocildes, su decano, recordó en Cadena Ser que, si las protestas y las huelgas ponen en peligro la asistencia de los detenidos, la institución se verá obligada a llamar al ejercicio obligatorio. Esta es una posibilidad que permite la ley si la demanda de abogados supera la oferta. En una tesitura así, los colegios pueden llamar a filas a sus colegiados para asistir a los ciudadanos que lo necesiten, pues lo contrario crearía una indefensión que vulneraría la Constitución.

 En cualquier caso, el decano deja claro que las reivindicaciones de los abogados coinciden con las del colegio. “Tanto el colegio como el Consejo General de la Abogacía Española venimos reivindicando permanentemente mejoras en las condiciones del turno de oficio” y “una remuneración que sea justa y digna”. Y agrega: “Lo más urgente es el pago de las mensualidades pendientes desde noviembre”, lo que “parece que se efectuará en los próximos días”, señala el letrado.

 Para Belen García, del sindicato de abogados y procuradores Venia, uno de los más combativos, la lectura es bien distinta. En su opinión, los colegios presionan a los letrados para no ir a la huelga y asegura que no están luchando para conseguir mejores remuneraciones. García pone el dedo en que estas instituciones cobran sus honorarios de la misma partida que libera el Ministerio para los letrados y procuradores. Por lo que “son parte interesada” en las mesas de negociaciones, advierte.

 Desde el 29 de noviembre, los profesionales del turno están convocados a una huelga general y Venia anima a los letrados a atender los casos verdaderamente urgentes, como menores o violencia de género, y rechazar el resto, hasta que las instituciones tomen partido. Más de 10.000 abogados están llamados a protestar este sábado en Madrid para que los profesionales del turno sean reconocidos como trabajadores y por mejorar su situación. En febrero, cientos de abogados ya acudieron a la capital bajo el lema “Turno de oficio digno, pasarela Reta ya”. Consignas como “¡Dignidad para la profesión!” o “¡Somos abogados, no somos esclavos!” se escucharon frente al Congreso de los Diputados.

  

Trabajar y no cobrar

La administración de la justicia es competencia de las autonomías, por lo que cada territorio cuenta con su propio sistema de pagos y guardias, sin embargo, las quejas del sector se dirigen en la misma dirección. En primer lugar, los abogados del turno denuncian la escasa cuantía de las remuneraciones y señalan que en países vecinos como Portugal o Francia las gratificaciones son mucho más elevadas. “Un recurso de reposición al Tribunal Superior de Justicia, que es uno de los escritos más difíciles de elaborar, se cobra a 200 euros [cada territorio tiene sus tarifas]”, lamenta Azcorra.

 En segundo término, el colectivo quiere que se cubran todos los gastos asociados al servicio. Por ejemplo, “el kilometraje para los desplazamientos”. En provincias despobladas y extensas, los procuradores y abogados se ven obligados a recorrer largas distancias para asistir a los ciudadanos sin recursos. Y la Administración no se hace cargo de estos gastos.

 A Estrada y Lalín

En los partidos judiciales de A Estrada y Lalín, el Ilustre Colegio de Pontevedra tomó la decisión, insólita, de decretar el alta forzosa de todos los abogados que contasen con tres años de experiencia, para garantizar la asistencia a detenidos y garantizar las guardias de violencia de género y así suplir el agujero de los profesionales que se dieron de baja en estampida. Un acuerdo “excepcional y extraordinario”, ha reconocido la institución, que estará en vigor hasta el 30 de junio.

 Gema Rial, la decana en esta demarcación, reconoce que las protestas de los abogados son legítimas. “La Junta de Gobierno apoya a sus colegiados y colegiadas tanto en el ejercicio del derecho de huelga como en la gran mayoría de sus reivindicaciones”, señala en conversación con este medio. Y añade: “Creo que todos estamos de acuerdo en que nadie debe trabajar sin cobrar, los abogados evidentemente tampoco”.

 Rial afirma que hay negociaciones abiertas para actualizar los baremos y reconocer como remunerables actuaciones que en la actualidad no lo son. Pero para conseguirlo hay que llegar a un acuerdo con la Xunta de Galicia y en todo caso, reconoce la decana, hay reivindicaciones del colectivo que “requieren modificaciones legislativas de calado”

 La decisión de decretar la suscripción obligatoria al turno será recurrida, afirma Teresa Bouzón, abogada de oficio de A Estrada, en conversación telefónica. La letrada ve injusto que los abogados y procuradores de oficio no tengan reconocida su condición de trabajadores. “Si tengo un accidente nadie respondería, solo el seguro privado de cada uno o la cobertura de autónomo”. Otro punto de mejora, señala Bouzón, radica en el sistema de guardias. Si el teléfono no suena, el abogado no cobra, a pesar de estar disponible. La asistencia a los detenidos tampoco se paga. “En las escalas de retribuciones estamos en la media”, pero “no existe un estatuto del abogado de oficio”. “Ninguna ley regula la relación entre estos abogados y la administración”.



martes, 12 de marzo de 2024

UN CICLISTA MONTADO EN LA BICICLETA EN UN PASO DE PEATONES NO ES UN PEATON.

 

El ciclista no ostentaba la condición de peatón al cruzar por el paso de peatones subido en su bicicleta. Tenía prioridad el conductor del vehículo, no pudiendo prever que fuera a irrumpir una bicicleta en el paso habilitado únicamente para peatones.

En el siniestro de autos, un ciclista colisionó contra un vehículo cuando cruzaba un paso de cebra.

El Juzgado de Primera Instancia desestimó las demandas formuladas por ambos implicados, pero la Audiencia Provincial de Barcelona estima el recurso interpuesto por el conductor del vehículo y afirma que concurre en el presente supuesto culpa exclusiva del ciclista en la causación del accidente.

El Tribunal considera un dato muy relevante el hecho de que el ciclista estuviera circulando por el paso de peatones subido en la misma, es decir, que circulaba con su bicicleta por el paso de cebra, motivo por el cual no puede considerársele peatón. El Anexo I, apartado 4, del Texto Refundido de la Ley sobre Tráfico, Circulación de Vehículos a Motor y Seguridad Vial, aprobado por Real Decreto Legislativo 6/2015, de 30 de octubre, únicamente considera peatón a la persona que, sin ser conductor, transita a pie por las vías o terrenos a que se refiere el art. 2, aunque también tienen la consideración de peatones quienes empujan o arrastran un coche de niño o de una persona con discapacidad o cualquier otro vehículo sin motor de pequeñas dimensiones, los que conducen a pie un ciclo o ciclomotor de dos ruedas, y las personas con discapacidad que circulan al paso en una silla de ruedas, con o sin motor.

Por tanto, el ciclista, en el momento del accidente, no ostentaba la condición de peatón y, por consiguiente, no tenía preferencia en el paso de peatones en el que se produjo la colisión.

Igualmente, el art. 64 del Reglamento General de Circulación concede la prioridad de paso al conductor del vehículo, que se encontraba circulando por la calzada, porque los conductores de bicicletas tienen prioridad de paso respecto a los vehículos de motor únicamente cuando circulen por un carril bici, paso para ciclistas o arcén debidamente señalizados, o en los demás casos previstos reglamentariamente, que tampoco concurren en el presente caso, de modo que, en los demás casos distintos de los previstos, son aplicables las normas generales sobre prioridad de paso entre vehículos.

La Sala destaca finalmente que era difícil de prever para el conductor del vehículo que fuera a irrumpir una bicicleta en el paso habilitado únicamente para peatones. Al circular a mayor velocidad que la de un peatón, dificulta las posibilidades de reacción. A ello debe sumarse la circunstancia de que fuera de noche y de que no consta que el ciclista circulara con luces y con chaleco reflectante, por lo que las posibilidades de que el conductor del vehículo le viera y pudiera reaccionar para evitar la colisión eran prácticamente nulas.


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